Modelo activo para la transformación de la administración pública #administracion_activa

Transformación de la administración pública

Me explica Aristogiton Moura que la Administración Pública debe pasar de un modelo burocrático a un modelo de acción.

Me dice Aristogiton que en todos los países, la acción lleva a un modelo eficiente del sistema tributario para mantener el resto del sistema ineficiente.

En la última campaña de renta, en España, hemos sido sorprendidos con una iniciativa de la Agencia Tributaria donde a las personas que habían anunciado el alquiler de su apartamento en portales de internet les recordaban la obligación de declarar los ingresos por vivienda.

El sistema utilizado es relativamente sencillo. En primer lugar, durante años fomentas la entrega del número de telefóno móvil a la Agencia tributaria con el objeto de validar el borrador o de que te comuniquen la devolución. De esta forma puedes asociar el teléfono móvil al contribuyente. En segundo lugar rastreas los portales de anuncios de alquiler de apartamentos y obtienes los teléfonos móviles asociados a los anuncios. Por último cruzas la información de viviendas en alquiler con contribuyentes y ya sabes quien es susceptible de haber alquilado una vivienda.

La iniciativa es buena. A partir del conocimiento de unos datos aplicas técnicas de Big Data para obtener unas conclusiones.

La conclusión también es buena. La Agencia Tributaria marca el camino que debe seguir el resto de la Administración Pública, se trata de un modelo de acción.

¿Qué es un modelo activo o de acción?

Un modelo activo o de acción consiste en la aplicación de inteligencia y estrategia para la dirección de la acción.

La inteligencia es un proceso encaminado a adquirir, distribuir y conservar conocimiento útil para la organización.

La estrategia consiste en aportar visión para diagnosticar el presente, diseñar el futuro y determinar cuáles son las acciones que deben ejecutarse para superar los problemas presentes y alcanzar los escenarios deseados del futuro.

Y entendemos la acción como todas las ocasiones posibles de poder relacionarnos con los ciudadanos o los destinatarios de nuestros servicios (360º).

Este modelo nada tiene que ver con el modelo anterior de gestión, que se guiaba por un sistema burocrático, pasivo y donde lo que primaba es el estricto cumplimiento del procedimiento.

El modelo activo está cuajando y funcionando en la gestión de los tributos, es decir, la Administración está siendo eficiente en la recaudación de fondos para el mantenimiento del resto del sistema, mientras que el resto de la Administración sigue funcionando con un sistema que se ha quedado ineficiente.

Imaginemos las posibilidades que tendría aplicar ese mismo modelo activo a los servicios de salud o de educación. Eso podría suponer que se buscasen las disfunciones de las personas para aplicar las medidas correctoras que fuesen necesarias desde el origen.

Podría la administración entrar en portales de internet donde se practicasen actividades poco saludables y detectar a los ciudadanos que necesitan medidas correctoras, por ejemplo. El modelo activo consistiría en dirigirse a ellos para ofrecerle los servicios que pudiesen necesitar.