Homo Deus, algunas reflexiones

Homo Deus, algunas reflexiones

Con la Revolución Digital se vislumbran grandes cambios para la humanidad aunque nadie sabe hacia dónde nos conducirá. Lo indudable es que el futuro será muy distinto a lo que se ha alcanzado con las últimas Revoluciones Tecnológicas.

Algunas mentes lúcidas están pensando en ello. Yuval Noah Harari es uno de ellos. Lo hizo en su libro “Sapiens” y ahora en el reciente “Homo Deus”. Advierte de que la evolución de los ordenadores y sus potentes algoritmos -que pueden aprender por si mismos- (Inteligencia Artificial, Datos Masivos, Robótica, la Internet de la Cosas, …) dejaría de ser controlada por las personas y la sociedad, quedando en manos de las élites de las corporaciones tecnológicas, que a su vez dicen trabajar para hacer un mundo mejor.

Harari sostiene que los defensores del Dataísmo (Religión de los Datos) invierten la pirámide clásica del conocimiento (datos-información-conocimiento-sabiduría). Los datos masivos son lo esencial, y ya no pueden ser manejados por las personas, sólo lo pueden hacer los algoritmos computerizados. Los actuales sistemas de información saben más cosas de nosotros que nosotros mismos. Así se configura esta nueva Religión de los Datos que sustituye al humanismo, y desconfía de la capacidad del cerebro y la sabiduría humana. Con ella aparece la teoría de la evolución del Homo Sapiens al Homo Deus, una nueva especie de superhombre que tendría mucho de cibernético y estaría formado por una élite que dejaría como innecesarios al resto de los humanos.

La sociedad y sus representantes políticos no entienden lo que pasa. Desde luego la mayoría ni se lo preguntan, y en el mejor de los casos se interpreta como algo de ciencia ficción. Es una realidad que los supera, y será peor en pocos años, cuando la sociedad no se parezca en nada a lo que era 50 años atrás. Los políticos siguen pensando que estamos en el siglo XX y que las crisis se solucionan con los manuales clásicos de política y economía. Incluso los hay tan ignorantes que pretenden proteger a sus trabajadores cerrando fronteras y con medidas proteccionistas, cuando serán los coches autónomos los que van a dejar sin trabajo a los taxistas y los robots vaciarán las fábricas de personal y los quirófanos de cirujanos. Sin duda se crearán nuevos empleos, pero, ¿sabemos quienes van a estar capacitados para acceder a ellos? ¿y quienes serán capaces de reciclarse?

En cualquier caso, la inmensa mayoría de las personas no solemos reflexionar ni somos conscientes de estos temas -ni tan siquiera gran parte de los que trabajamos en el sector digital-, por lo que se hace difícil pensar en un futuro mejor, una sociedad más justa, llena de oportunidades, y con las máquinas trabajando para la humanidad.